prisment04

      El día 10 de octubre es el día mundial de la salud mental. En Zubietxe, como miembros de la Red ESEN (Espetxe Sarea Euskadi-Nafarroa // Red de Prision Euskadi-Navarra), este año queremos acordarnos de las problemáticas que sufren las personas con enfermedad mental que se encuentran privadas de libertad en centros penitenciarios. Consideramos que estas personas se encuentran doblemente olvidadas y excluidas de la sociedad, tanto por su condición de personas con enfermedad mental como por su situación de personas presas.

      Estas reflexiones nos han llevado a consensuar en la Red ESEN un comunicado, que os ofrecemos a continuación, con el que queremos plantear esta problemática abiertamente y proponer unas soluciones y acciones concretas. Confiamos en que visibilizar estas situaciones es el primer paso para solucionarlas, por lo que este 10 de octubre queremos hacer público este comunicado.

prisment01≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈

POR LA ATENCIÓN EN EL ÁMBITO COMUNITARIO DE LAS PERSONAS CON ENFERMEDAD MENTAL AFECTADAS POR PROCEDIMIENTOS PENALES O PRIVADAS DE LIBERTAD

10 de octubre – Día Mundial de la Salud Mental

       “Ponte en mi lugar. Conecta conmigo.”

ESEN (Espetxe Sarea Euskadi-Nafarroa) reúne a Asociaciones, Entidades y Organizaciones sociales del ámbito penitenciario que gestionan programas de intervención intrapenitenciarios y/o extrapenitenciarios de diversa índole en Euskadi y Navarra. Uno de los déficit más importantes que observamos en nuestra actividad es la necesidad de una atención correcta e integral de las personas con enfermedad mental sancionadas penalmente o cumpliendo una pena privativa de libertad.

Defendemos:

  • La mejor atención disponible para estas personas.
  • Que ésta se realice en el ámbito comunitario.
  • Que tengan especialmente en cuenta sus necesidades y las de sus familias.
  • Con intervenciones coordinadas e integrales por parte de los sistemas judicial, sanitario y social.
  • El desarrollo de acciones que se enfrenten al estigma de la enfermedad mental y de la privación de libertad.

 Queremos compartir con las Instituciones y la sociedad una serie de consideraciones y reclamar los medios necesarios para paliar esta situación.

 I. Alta presencia de personas con enfermedad mental en prisión. En los últimos años se han publicado informes y estudios sobre las personas con enfermedad mental en prisión. Destacamos el Informe del Grupo PRECA de 2011 y el Informe Extraordinario del Ararteko de 2014. Organizaciones y entidades sociales también han expuesto en diferentes informes las necesidades de atención de este colectivo. Nos remitimos a estos informes y estudios para confirmar con precisión la realidad existente y la necesidad de implementar con urgencia medidas y recursos que atiendan a este colectivo[1].

II. Medidas y programas en el ámbito comunitario. En nuestras Organizaciones acumulamos una experiencia amplia en este ámbito de actuación y conocemos la complejidad de la problemática. El porcentaje tan elevado de personas con enfermedad mental en prisión y en situaciones de exclusión social, nos debe hacer reflexionar para impedir que, especialmente, los y las pacientes con menores recursos y más vulnerables caigan en las “redes” del sistema jurídico-penitenciario por una deficiente atención en la comunidad, por una mala defensa de sus derechos o porque, una vez en prisión, es imposible o se hace muy difícil su excarcelación por motivos de salud porque no existen recursos adecuados de acogida en la comunidad. La realidad actual es la suma de los viejos problemas y de los más recientes: el creciente uso y/o abuso de nuevas y viejas drogas muy psicoactivas con efectos altamente patológicos, una crisis económica crónica que desplaza hacia la marginación a amplias capas sociales, llegada de inmigrante adolescentes y jóvenes con situaciones personales muy vulnerables, desajustes administrativos en el llamado sistema sociosanitario, incomprensión y dificultad en el abordaje de los trastornos de personalidad, escasez de recursos de alojamiento y apoyo, etc.

prisment03

Creemos que hay soluciones en clave de implementación de recursos y programas socio-sanitarios, educativos, residenciales –en forma de pisos de acogida y tutelados, centros especializados, etc.-, formativos, ocupacionales o terapéuticos en el ámbito comunitario, sin olvidar, evidentemente, la necesaria involucración de Osakidetza yla crítica del actual sistema punitivo y penitenciario. Hemos comprobado que la respuesta judicial que se está dando a la acumulación de delitos menores (robos con fuerza, atracos, menudeo o similares), con condenas desorbitadas, no ha conseguido el factor disuasorio y sin embargo dificulta dramáticamente el principal objetivo penitenciario como es el de la reinserción.

 III. Proponemos acciones, intervenciones y medidas concretas:

1ª. Reforzar los programas existentes y aumentar las plazas de alojamiento y de atención socio-sanitaria.

2ª. Centrarse en la atención a la persona y solventar los impedimentos administrativos.

3ª. Necesidad de una atención de alta intensidad.

4ª. Potenciar el trabajo de coordinación con las entidades sociales.

5ª. Necesidad de un catálogo de medidas y recursos de atención.

6ª. Ámbitos judicial y sanitario adaptados a esta problemática.

7ª. Promover la atención en recursos comunitarios.

8ª. Deben considerarse las especificidades de atención de las personas extranjeras, mujeres y jóvenes.

9ª. Reforzar la atención psiquiátrica, rehabilitadora y social dentro de prisión.

                                         

ESEN (Espetxe Sarea Euskadi-Nafarroa)

Adap, Adsis-Bestalde, Arrats, Bidesari, Comisión Ciudadana Anti-Sida de Álava, Etorkintza Elkargoa, Goiztiri, Loiola Etxea, Susterra, Zubiko, Zubietxe

[1] Las investigaciones disponibles en España exponen que la prevalencia de las patologías mentales en prisión es 5 veces superior a la de la población general (84,4 % frente a 15,7 %), 8 de cada 10 personas privadas de libertad han sufrido a lo largo de su vida de un trastorno mental (incluyendo el consumo de drogas) y el 41 % de la población reclusa padece un trastorno mental. Para el ámbito de la CAPV, se puede calcular que permanecen en las prisiones de Araba-Álava, Basauri y Martutene unas 100 personas con trastornos mentales graves.

hands in prison cell