En Zubietxe, y en general en las entidades de intervención social, hemos pecado demasiado tiempo de centrarnos exclusivamente en nuestro trabajo interno con las personas usuarias, olvidando relacionarnos con la sociedad, olvidando de esta forma a un entorno social que tiene su parte de la responsabilidad en la exclusión.

Mediante las charlas presenciales en centros escolares y formativos, tratamos de mostrar las historias de vida de algunas personas que han sufrido de esta pobreza extrema. Estas historias se presentan en toda su complejidad, y de esta forma el alumnado percibe que las causas de la exclusión social son muy diversas, y no se pueden achacar totalmente a quien las sufre.

Hemos reducido al mínimo la parte descriptiva de nuestras charlas; no se describen de forma sistemática las realidades de las personas sin hogar o la estructura de los recursos sociales disponibles, sino que dedicamos todo el tiempo de la exposición a contar historias personales.

La experiencia nos ha mostrado, evaluación tras evaluación, que al narrar historias de personas concretas y reales se logra el máximo de atención del alumnado.

Gracias a todo esto, se han percibido unos niveles de empatía muy altos, que generan un fuerte impacto en los sistemas de prejuicios que puedan existir en el alumnado previamente a la charla.