PROMOCIÓN DEL VOLUNTARIADO AMBIENTAL ENTRE PERSONAS EN SITUACIÓN O RIESGO DE EXCLUSIÓN SOCIAL
Sustraiak Ereinez se puede definir como un proyecto de fomento de la participación y el voluntariado ambientales entre personas en situación exclusión. Este voluntariado ambiental se desarrolla en el entorno del Huerto urbano ubicado en el Colegio Público Juan Delmás, y las actividades y funciones que en él han realizado estas personas voluntarias han sido:
- Cuidado Semanal del HUERTO ESCOLAR
- Asistencia a un período de FORMACIÓN sobre aspectos ambientales y sobre el hecho de ser voluntarias
- INFORMACIÓN por parte del voluntariado a las niñas y los niños de la escuela, sobre temas medioambientales, de reciclaje y consumo más responsable.
- Colaboración en la FIESTA DE LA ESCUELA con un taller de Plantación de lechugas.
En este proyecto han participado 50 personas voluntarias (40 hombres y 10 mujeres mayores de 18 años), de 5 nacionalidades distintas y con dificultades en su incorporación social.
Además, por esta huerta han pasado unas 530 personas más: el alumnado y toda la comunidad educativa del colegio Juan Delmás en el Barrio La Peña, incluyendo a profesores, madres, padres, etc.
Esta actividad se enmarca en el compromiso de Zubietxe con el medio ambienta. En este ámbito nuestra primera experiencia tuvo lugar en 2009, cuando realizamos el campo de trabajo “Parte Hartzen”, en el que se dinamizaba la participación como voluntarias y voluntarios de personas en exclusión, incluyendo entre las actividades a desarrollar el cuidado de los jardines y el huerto de la Escuela Juan Delmás. Una vez finalizado este proyecto, fuimos conscientes de que la huerta era algo vivo que continuaba requiriendo de cuidados específicos: alimentar, regar, podar, remover tierra, cavar hoyos, abonar… Fue en ese momento cuando surgió la idea de poder realizar un nuevo proyecto comunitario de participación social en torno a la huerta. Este compromiso se fue profundizando y ya en 2012 realizamos medidas concretas en las que implicamos a todas las personas de la Asociación: el Proyecto Soroa eta Solasa, de educación y sensibilización en materia de Medioambiente para personas en situación o riesgo de exclusión social, con el que pretendimos sensibilizar y formar a las personas en aspectos relacionados con el desarrollo sostenible y con el que obtuvimos muy buenos resultados.
En base a esa experiencia, en 2013 dimos un paso más, haciendo que el proyecto evolucionara y posibilitando que las personas usuarias de Zubietxe se convirtieran en voluntarias y voluntarios ambientales, dando inicio al proyecto Sustraiak Ereinez que hemos mantenido a lo largo del año 2014, cuando hemos alcanzando una etapa de madurez que le otorga grandes posibilidades en lo que se refiere a la difusión y al trabajo en red y comunitario.
Una de las cosas que habíamos detectado es que en Bizkaia el voluntariado ambiental está dividido en pequeños compartimentos, estando promovido desde las administraciones o desde entidades exclusivamente centradas en la temática medioambiental (ecologistas, ambientalistas). Esto lleva a que la ciudadanía en general tenga una escasa vinculación con las entidades medioambientales, una vinculación que es aún menor en la población en riesgo de exclusión, o en exclusión social. Si estas personas no van a llegar a implicarse en la mejora del medio ambiente, mucho menos a ser voluntarias ambientales, a menos que se intervenga específicamente para ello. Una de las metas que pretendemos conseguir con Sustraiak Ereinez es posibilitar esta participación e implicación en actividades de protección y mejora del medio ambiente al que pueda acceder toda la ciudadanía, también las personas en exclusión. Y qué mejor manera que hacerlo transformando a las personas en exclusión en voluntarias que enseñen a los niños y las niñas, entre otras cosas, la importancia del reciclado, de la conservación de la energía a través de un consumo responsable o enseñándoles el funcionamiento de la huerta. Así, este proyecto es un espacio para que las personas a las que atiende Zubietxe puedan ofrecer a la comunidad y aprender o compartir sus conocimientos. Muchas de estas personas vienen de entornos agrícolas y disfrutan de trabajar con la tierra. Y así aprovechamos estos conocimientos y estos cuidados del entorno para hacer que estas personas se sientan más integrados en la comunidad.
Además, a través de utilizar semillas del banco de semillas local contribuimos a la conservación de la biodiversidad en Euskadi. Porque cultivando la huerta también aumentamos los espacios verdes en nuestra ciudad, utilizando espacios públicos como los de los colegios y buscamos, por medio de la elección de un humilde huerto escolar, que se asocie la idea de protección ambiental y las actividades de voluntariado a todas el territorio.
La huerta en sí es una herramienta que pretende crear una conciencia local común sobre los problemas ambientales relativos a la alimentación, sobre la importancia de la autonomía alimentaria y la agricultura orgánica. Pero también es un espacio donde crear actitudes positivas para el futuro, enseñando a los niños y las niñas principios medioambientales. Además, juntando a personas en situación o en riego de exclusión con la comunidad y con la infancia, haciendo que compartan sus conocimientos y experiencias, formando parte de ella, convertimos el huerto escolar en un modelo de organización y de relación entre personas, un modelo que educa igualdad, interculturalidad y medioambiente desde unos valores solidarios.